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Higiene bucodental. La saliva es importante para mantener una buena salud bucal

La saliva desempeña un papel fundamental en nuestra salud bucodental: no sólo protege la boca de diferentes afecciones y colabora en la deglución y masticación de los alimentos, sino que también nos ayuda a detectar otras anomalías en nuestra salud.

 

¿Qué es la saliva?

Es una secreción que producimos de manera natural formada por un 99% de agua y 1% de componentes tanto orgánicos como inorgánicos, que colaboran en mantener nuestra cavidad oral en salud.

 

¿Qué funciones tiene la saliva?

Si bien la principal función es la de colaborar en la masticación y deglución de los alimentos, la saliva tiene muchas otras funciones beneficiosas para la salud de nuestra boca:

  • Lubrica y protege las encías y las piezas dentales.
  • Es capaz de arrastrar las bacterias y eliminar los microorganismos presentes en la boca. Además, tiene un efecto cicatrizante.
  • Posibilita una mejor detección de los sabores de la comida.
  • La saliva regula el pH de la boca, controlando el nivel de ácidos producidos por la placa y dificultando la aparición de caries en la boca. Contribuye, además, a la mineralización de los dientes, reforzando de esta manera su esmalte.
  • Colabora en el proceso de diagnóstico de algunas patologías tales como la diabetes, el cáncer oral o enfermedades periodontales a través del análisis de las bacterias presentes en la misma.
  • Una persona suele segregar, de media, entre 1 y 1,5 litros de saliva al día. Esta producción alcanza su nivel más bajo durante la noche, por lo que la acción antimicrobiana se ve debilitada y, por ello, se le da una mayor importancia al cepillado nocturno para mantener una higiene dental correcta.

Es de vital importancia para nuestra salud el hecho de mantener estos niveles de segregación de saliva para gozar de una buena salud bucodental. En caso contrario, podríamos sufrir xerostomía o, bien, sialorrea.

 

Síndromes que provocan la falta o exceso de saliva:

 

1. Síndrome de la boca seca (xerostomía)

La xerostomía –o síndrome de la boca seca- es una situación clínica que supone una disminución considerable de los niveles de segregación de saliva.

Entre sus síntomas destacan una sensación de sed constante y de ardor en la boca, una alteración en la percepción de los sabores, fisuras y úlceras en la lengua y en las encías o dificultad a la hora de masticar.

Entre las posibles causas de esta bajada podemos distinguir:

  • La ingesta de determinados medicamentos tales como antihistamínicos, antidepresivos, antiasmáticos o medicamentos para controlar la tensión arterial.
  • El padecimiento de enfermedades sistémicas como la diabetes, la artrosis o trastornos alimenticios –anorexia y bulimia-.
  • Las situaciones de picos de estrés.
  • Malos hábitos como una dieta poco equilibrada, el consumo de alcohol o el tabaquismo.
  • Los tratamientos de radioterapia o quimioterapia.
La xerostomía supone una disminución del nivel de segregación de saliva y no sólo causa molestias al hablar o al dormir, sino que también tiene efectos en nuestra salud dental
¿Qué consecuencias tiene la xerostomía?

 

Una disminución del nivel salivar supone una bajada de la acción protectora de la salivay tiene consecuencias nefastas para la salud dental.

Aquellos pacientes que padezcan xerostomía son más proclives a sufrir enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis, pues están más expuestos a la irritación de las encías.

La merma de la capacidad de producir saliva también influye en la deglución y en la masticación, dificultando la digestión y llegando a dañar el esófago.

Además, son más proclives a la aparición de caries o de manchas en el esmalte de los dientes y suelen padecer mal aliento.

 

¿Cómo se puede solucionar la xerostomía?

 

Para atajar esta afección debemos clarificar en primer lugar la causa del problema y, una vez dilucidada, determinar si estamos ante un caso reversible o irreversible.

En el caso de que esta situación clínica sea reversible o puntual, generalmente provocada por la ingesta de medicamentos o por hábitos como el tabaquismo, podemos colaborar en la segregación de saliva a través de la ingesta de líquidos y alimentos o con una higiene bucodental más exhaustiva.

En cambio, los casos de xerostomía irreversible, típicos en pacientes con cáncer oral o bien con un mal funcionamiento de las glándulas salivales, se pueden atajar mediante la ingesta de fármacos específicos. Además, está recomendado el uso de sustitutos de la saliva que humedecen temporalmente la boca y, sobre todo, estimulantes salivares.

 

2. Exceso de saliva (sialorrea)

La hipersalivación –o sialorrea- supone un exceso en la cantidad de saliva que segrega una persona.

La sialorrea suele ser frecuente en pacientes con enfermedades neuronales tales como la enfermedad de Parkinson, parálisis cerebral o esclerosis lateral amiotrófica. También es habitual en personas que hayan sufrido un infarto cerebral o que, en definitiva, tengan alguna enfermedad que merme la actividad de los músculos de la cara.

Además, la hipersalivación suele atacar a personas que estén siendo sometidas a tratamientos médicos de trastornos psiquiátricos tales como, por ejemplo, la esquizofrenia.

¿Qué consecuencias tiene la sialorrea?

 

La hipersalivación no sólo dificulta el habla y provoca molestias a la hora de comer o dormir, sino que también produce lesiones y úlceras en los labios y en las zonas adyacentes de la boca. Estas últimas son especialmente frecuentes en bebés.

¿Cuál es el tratamiento de la sialorrea?

 

La hipersalivación se puede atajar, en un inicio, con medicamentos que inhiban la segregación de saliva.

En algunos casos, están recomendados procedimiento quirúrgicos como, por ejemplo, los destinados a eliminar algunas glándulas salivales –sublinguales o submandibulares- o a ligar los conductos a través de los cuales la saliva llega a la boca, controlando la liberación de la misma.

 

La saliva desempeña un papel fundamental en nuestra salud bucodental. En caso de sentir anomalías en la segregación de la misma, no debemos ignorarlas: en muchas ocasiones son un claro indicador de la existencia de otras patologías.

Para mantener unos niveles óptimos de segregación salivar y evitar problemas tales como la xerostomía o la sialorrea, debemos erradicar malos hábitos de consumo, tales como el tabaquismo, y, sobre todo, seguir unas pautas de higiene oral exhaustivas.

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